EL KARMA Y LA FÓRMULA UNO

El Karma es una ley de compensación y casualidad universal en la que se apoyan diversas religiones, entre ellas el Budismo. Es un concepto con unos significados muy amplios que yo desconozco, pero yo hoy estaba pensando en la parte del concepto que yo conocía y en su principal significado, el que a todo el mundo le suena: “A cada causa que producimos le sigue un efecto. Con cada dolor que causemos a otro, nos será devuelto un pesar proporcional y, contrariamente, a cada acto altruista le corresponderá una retribución”.

Yo particularmente, sin pertenecer a dichas religiones, realmente sin saber si pertenezco a ninguna a excepción de a la mía propia, formada por mi ley moral y la creencia de que hay algo que habita en todo lo que nos rodea que hace posible tanta belleza como hay en el Universo, siempre he creído en el Karma y a decir verdad, he tenido oportunidad de ver como se cumplía en innumerables ocasiones. De esto me alegro inconmensurablemente. Yo por mi parte, recogeré con resignación los pesares que me toquen y con humildad cuantas retribuciones me otorgue.

Lo cierto es que no creo que haya sinergia posible que le siente mejor a este mundo que nos acoge para mantenerlo en equilibrio.

Todo esto se me vino a la cabeza pensando en algo totalmente banal: Lo sucedido hoy en la carrera de Formula One. Sabido es por quien me conoce que soy acérrimo seguidor de Fernando Alonso en lo deportivo y que creo que es el mejor piloto de formula uno que circula por los asfaltos del mundial en estos últimos años. Hoy en la rueda de prensa posterior a la carrera ha dicho algo así como que ya se merecían algo de esta suerte.

Estoy plenamente de acuerdo y pienso que quizá esa palabra suerte encierra algo de Karma, una ley que está muy por encima de Charlie Whiting, la FIA y la procesión de Ingleses que gestionan este pufo de deporte al que yo llamaría más bien espectáculo, los periodistas Ingleses que tras el gran premio de Alemania asobayaron a Alonso intentaron dejarlo en evidencia (y consiguiendo únicamente dejarse en evidencia a sí mismos) con una ristra de preguntas a cada cual más dura, y algún piloto que no ha jugado limpio últimamente. A todos estos pesares les acompañaron sus correspondientes retribuciones.

En el grupo de los pesares están Hamilton (favorcito de Whiting en Valencia en el GP de Europa y avería mecánica hoy mismo). Vettel (que arrinconó contra el muro a Alonso en Hockenheim y hoy se comió un Drive Through que todavía no se explica ni el mismo). Kubica (que cerró a Alonso en Gran Bretaña obligándole a saltarse una chicane por la que lo sancionaron) y hoy se comió una galleta en boxes ridícula... De Whiting, el grupo de Ingleses de la FIA y sus secuaces vestidos de periodistas ya les llegará su castigo y el Karma quiera que sea haciéndoles ver a Alonso levantar su tercer mundial. El Karma puede que quiera compensar todo el favoritismo que existe entre los jueces Ingleses que rigen este espectáculo hacia Lewis Hamilton. Gran piloto, pésimo deportista.

Por eso en las retribuciones está Alonso, que vuelve a estar en la lucha. Weber, que vuelve a liderar el mundial a pesar del favoritismo que hay en su equipo hacia su compañero Vettel. Pero sobre todo Pedro Martínez De la Rosa. Las desgracias que le han sobrevenido este año en forma de averías, pilotos que se lo han llevado por delante en alguna curva, etc. han sido notables. Hoy han comenzado las retribuciones y sólo espero que éstas se igualen con tanta desgracia. A estos tres sólo dedicarles la frase del mítico Enzo Ferrari que hoy citó Fernando Alonso tras la carrera: “Ganar es bonito, pero luchar aún lo es más.”

P.D. - Espero que el Karma se cobre también sus facturas con políticos corruptos, delincuentes de todos los tipos, fascistas, agresores de la madre naturaleza y mala gente de estos lares en general. Como dice un refrán gallego que viene siendo la explicación del Karma da miña terra, “A todo porquiño lle chega o seu San Martiño”. Y es que los gallegos antiguos ya sabían mucho de filosofía oriental. No dejaré aquí sin citar a un amigo, Adrián, que maneja un concepto parecido al Karma denominado “justicia poética”.